¡Los especialistas en robótica de la Universidad de Stanford han desarrollado un robot submarino, OceanOneK, y lo han enviado con éxito en una emocionante expedición!

A unos 500 metros por debajo de la superficie del mar Mediterráneo, el robot submarino de Stanford, OceanOneK, se acercó con cautela a la barandilla de la cubierta superior del barco italiano hundido Le Francesco Crispi (alrededor de un tercio de milla). El sumergible se hundió aproximadamente 1 km mientras exploraba barcos, aviones y un submarino sumergidos. Las características únicas de OceanOneK dan a sus usuarios la impresión de que realmente están visitando estos lugares de aguas profundas.
OceanOneK puede maniobrar con cautela bajo el agua gracias a sus ocho propulsores multidireccionales en su mitad trasera más delgada y la mitad superior humanoide. El sistema de retroalimentación háptico, o basado en el tacto, y la visión estereoscópica del robot proporcionaron sensaciones asombrosamente realistas que coincidían con lo que habría sentido si estuviera debajo de la superficie de la nave de control en lugar de sobre ella.
El viaje de OceanOneK a estas profundidades tiene dos objetivos: explorar un territorio previamente inexplorado y demostrar que el tacto, la visión y la interacción humanos pueden transferirse a lugares muy alejados de donde los humanos pueden funcionar.
Para crear el bot, el equipo realizó muchas pruebas utilizando varias herramientas en Avery Recreation Pool de Stanford. Tal preparación fue beneficiosa en muchos sentidos, pero fue particularmente útil cuando el equipo necesitó reparar la extremidad amputada de OceanOneK en su primer viaje. «Para hacer esto, el robot tuvo que romperse en pedazos en la cubierta del barco por la noche, con el viento y durante una tormenta», dijo el especialista en robótica Oussama Khatib, profesor de Weichai en la Escuela de Ingeniería y director de Stanford. Laboratorio de robótica. «Nuestros heroicos estudiantes, Adrian Piedra y Wesley Guo, trabajaron sin parar para reparar el robot».