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Un nuevo estudio subraya el potencial de las estructuras artificiales de ADN que, cuando están equipadas con anticuerpos, instruyen al sistema inmunológico a atacar las células cancerosas.
La inmunoterapia se considera un arma extremadamente prometedora en la lucha contra el cáncer. En esencia, se trata de activar el propio sistema inmunológico del cuerpo de tal forma que reconozca y destruya las células malignas. Sin embargo, la destrucción debe ser lo más eficaz y selectiva posible para evitar dañar las células sanas. Un equipo de investigación de la LMU, la Universidad Técnica de Munich (TUM) y Helmholtz Munich ha publicado un nuevo estudio. nanotecnología de la naturaleza En él, presentan una forma prometedora de desarrollar agentes personalizados que puedan hacer precisamente eso. «El núcleo es un chasis diminuto hecho de cadenas de ADN plegadas que pueden equiparse específicamente con cualquier anticuerpo». explica el profesor Sebastian Kobold, uno de los autores principales. En el Hospital Universitario de Múnich, su equipo examinó los efectos de los nuevos sustratos tanto in vitro como in vivo.
Usando origami de ADN para reclutar células T
Esta nueva clase de fármacos, conocidos como activadores de células T programables (PTE), se fabrican utilizando origami de ADN, una nanotecnología en la que hebras de ADN autoplegables se ensamblan en una estructura previamente simulada en una computadora. Su diseño permite unir diferentes anticuerpos en cuatro posiciones. Por un lado, se añaden anticuerpos que se unen específicamente a determinadas células tumorales y, por otro lado, se añaden anticuerpos que son reconocidos por las células T del sistema inmunológico. Luego, las células T destruyen las células marcadas. «Este enfoque nos permite crear una amplia variedad de PTE y ajustarlas para obtener efectos óptimos». dice dr Adrian Gottschlich, uno de los autores principales del estudio. «En teoría, es posible un número infinito de combinaciones, lo que convierte a la PTE en una plataforma prometedora para el tratamiento del cáncer». Para el estudio, los científicos crearon 105 combinaciones diferentes de anticuerpos y las probaron in vitro para ver qué tan específicamente se unían a las células objetivo y qué tan exitosos eran en el reclutamiento de células T. Las combinaciones podrían generarse de forma modular y sin la costosa optimización previa de los anticuerpos. Pudieron demostrar que más del 90 por ciento de las células cancerosas habían sido destruidas después de 24 horas. Para saber si esto también funciona en organismos vivos, el profesor Kobold y sus colegas investigaron si los PTE también reconocen las células cancerosas en organismos con tumores e inician su destrucción. «Pudimos demostrar que nuestras PTE a partir de estructuras de origami de ADN también funcionan in vivo», Divinamente afirmado.
Versátil y personalizado
Gracias a la posibilidad de ensamblar diferentes anticuerpos al mismo tiempo, las células tumorales pueden atacarse de forma mucho más específica, explica Gottschlich. Además, la activación del sistema inmunológico es más fácil de controlar. Esto aumenta las posibilidades de un tratamiento exitoso contra el cáncer al distinguir con mayor precisión entre células sanas y enfermas, minimizando así los efectos secundarios. Dada la modularidad, adaptabilidad y alta direccionabilidad de las tecnologías de origami de ADN, los investigadores esperan que se pueda desarrollar una amplia gama de plataformas de inmunoterapia complejas e incluso lógicas. Los científicos de la TUM, el Dr. Klaus Wagenbauer, Dr. Benjamín Kick, Dr. Jonas Funke y el profesor Hendrik Dietz se encuentran entre los fundadores de Plectonic Biotech GmbH, cuyo objetivo es seguir desarrollando y comercializando la tecnología PTE. Sebastian Kobold está seguro: «Creemos que nuestros resultados permitirán realizar pruebas clínicas de nanotecnologías de ADN y demostrarán el potencial de las estrategias de ingeniería biomoleculares basadas en origami de ADN para aplicaciones médicas».
Fuente: https://www.lmu.de/de/
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