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(noticias nanowerk) Investigadores de la Universidad McGill han logrado un gran avance en la tecnología de diagnóstico al inventar un “laboratorio en un chip” que se puede imprimir en 3D en solo 30 minutos. El chip tiene el potencial de hacer que las pruebas in situ sean ampliamente accesibles.
Como parte de un estudio actual, cuyos resultados fueron publicados en la revista especializadaMateriales avanzados (“Fabricación digital de sistemas microfluídicos funcionales listos para usar”), el equipo de McGill desarrolló chips capilares que funcionan como laboratorios en miniatura. A diferencia de otros microprocesadores de ordenador, estos chips son de un solo uso y no requieren una fuente de alimentación externa: una simple tira de papel es suficiente. Funcionan por acción capilar, el mismo fenómeno por el cual un líquido derramado sobre la mesa de la cocina pasa espontáneamente a la toalla de papel utilizada para limpiarlo.
“Los diagnósticos tradicionales requieren dispositivos periféricos, mientras que nosotros podemos solucionarlos. «Nuestros diagnósticos son un poco como lo que era el teléfono móvil con respecto a las computadoras de escritorio tradicionales, que requerían un monitor, un teclado y una fuente de alimentación separados para funcionar», explica el profesor David Juncker, presidente del Departamento de Ingeniería Biomédica de McGill y autor principal del estudio.
Durante la pandemia de COVID-19, las pruebas en casa se volvieron cruciales. Sin embargo, las pruebas rápidas tienen una disponibilidad limitada y sólo pueden pasar un líquido a través de la tira, lo que significa que la mayoría de los diagnósticos todavía se realizan en laboratorios centrales. En particular, los chips capilares se pueden imprimir en 3D para diversas pruebas, incluida la cuantificación de anticuerpos contra la COVID-19.
El estudio acerca los diagnósticos domésticos impresos en 3D a la realidad, aunque persisten algunos desafíos, como las aprobaciones regulatorias y la obtención de los materiales de prueba necesarios. El equipo está trabajando activamente para hacer que su tecnología de microfluidos sea más accesible y adaptarla para su uso con impresoras 3D asequibles. La innovación tiene como objetivo acelerar los diagnósticos, mejorar la atención al paciente y marcar el comienzo de una nueva era de pruebas accesibles.
«Este avance puede brindar a los individuos, los investigadores y la industria la oportunidad de explorar nuevas posibilidades y aplicaciones de una manera más rentable y fácil de usar», afirma el profesor Juncker. «Esta innovación también tiene el potencial de permitir, en última instancia, a los profesionales de la salud desarrollar rápidamente soluciones personalizadas para necesidades específicas directamente en el punto de atención».
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