Durante los últimos 25 años Netflix rentó cerca de 5.2 mil millones de películas y las envió por correo. En 2012 el número de suscriptores de su servicio de renta de DVD era de 14 millones, pero para 2019 había disminuido a tan solo 2.4 millones. Para algo de contexto, en estos momentos se calcula que Netflix tiene cerca de 231 millones de suscriptores pagos.
De hecho, las ganancias del tercer trimestre de 2019 por el alquiler de películas le trajeron a la compañía 46 millones de dólares. Esta misma suma es poco menos de lo que hoy puede invertir la compañía en algunos de sus shows. Esto significa que, incluso en uno de sus mejores momentos, Netflix siempre vio su negocio de alquiler como un ingreso menor.
Considerando la situación actual de la plataforma tiene sentido que esté buscando cerrar sus negocios menos rentables. Netflix ha tenido problemas para incrementar el número de suscriptores producto de la salida de muchos shows y series de su catálogo, al mismo tiempo que la competencia con otras plataformas como Disney+ o HBO Max ha roto su tiempo como el rey indiscutible del streaming. Producto de esto las cancelaciones son más frecuentes que nunca en la plataforma y el servicio está apostando por productos diferentes como es el anime, las series coreanas o incluso un incremento de shows de tipo ‘reality’. La decisión de la empresa seguramente responde a esto: buscar recortar gastos y enfocarse en lo que sirve.