[ad_1]
(noticias nanowerk) El ingeniero de biosensores Azahar Ali, profesor asistente de ciencia animal e ingeniería de sistemas biológicos en Virginia Tech, se está preparando para la llegada de una cuarta revolución agrícola.
Es una era en la que se espera que se haga realidad el potencial transformador de las tecnologías de conectividad que surgieron en la Cuarta Revolución Industrial. Para Ali, tres tecnologías se destacan por su potencial para promover la agricultura de precisión climáticamente inteligente: sensores agrícolas portátiles, dispositivos habilitados para Internet de las cosas (o “inteligentes”) e inteligencia artificial (IA).
En un artículo de revisión publicado por Sistemas inteligentes avanzados (“Sensores de alimentos y plantas habilitados por Internet de las cosas para potenciar la sostenibilidad”), Ali y sus colegas Matin Ataei Kachouei de la Facultad de Ciencias Animales y Ajeet Kaushik de la Universidad Politécnica de Florida escribieron que reunir estas tecnologías de vanguardia podría generar un Cambio de paradigma El sector agrícola en todo el mundo vigila la inocuidad y la calidad de los alimentos, así como la sanidad y la productividad de las plantas.
Para Ali, priorizar un monitoreo rápido, preciso y temprano será fundamental para alimentar de manera sostenible y segura a la población mundial en rápido crecimiento, que se espera alcance casi 10 mil millones para 2050 y que requerirá un 50 por ciento más de alimentos para sostener la cadena mundial de suministro de alimentos. Según el artículo.
Según el informe sobre Productividad Agrícola Global (GAP) de 2023 publicado por la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida, el crecimiento de la productividad agrícola global ha disminuido significativamente y los esfuerzos actuales para expandir la producción de manera sostenible son inadecuados.
Ali dijo que los investigadores deben trabajar juntos para aprovechar todo el potencial de las nuevas tecnologías que podrían ayudar a los productores a mantenerse al día con la demanda futura. Los agrónomos deben trabajar con expertos en ingeniería, medicina humana y veterinaria y ciencia de materiales.
«Existe una gran brecha en este tipo de colaboración», afirmó Ali. “Estoy desarrollando sensores, pero necesito trabajar con expertos en aprendizaje automático. Necesitamos trabajar más juntos para resolver la crisis alimentaria”.
En su artículo, Ali, Kachouei y Kaushik describen los avances recientes que han logrado los investigadores en el uso de sensores, dispositivos inteligentes e inteligencia artificial para monitorear alimentos y cultivos. También describen el potencial y los desafíos de combinar las tecnologías.
La tecnología de sensores de alimentos ha experimentado un desarrollo notable, escribieron, con énfasis en la medición de toxinas, humedad, pH, frescura, temperatura, contaminantes y patógenos. El seguimiento de estos factores es crucial para la seguridad alimentaria, la calidad de los alimentos y los altos estándares de envasado.
Los investigadores describieron cómo estas capacidades de detección podrían mejorarse en combinación con otras tecnologías: al combinar sensores y dispositivos inteligentes, los sistemas de detección de alimentos, ganado y cultivos podrían capturar datos precisos en tiempo real, in situ y a escala. Las redes de próxima generación podrían entonces transmitir rápidamente las grandes cantidades de datos generados por estos sistemas.
La IA podría agilizar el análisis de datos mediante el procesamiento automático de datos, escribieron los investigadores. La IA podría manejar los volúmenes de datos generados por sensores inteligentes, afirmó Ali. La combinación de dispositivos inteligentes e inteligencia artificial también ofrece potencial para análisis predictivos, lo que permite a los fabricantes anticipar de manera proactiva desafíos como brotes de enfermedades y condiciones climáticas.
A lo largo del artículo, Ali y sus colegas destacaron ejemplos de cómo los investigadores están explorando actualmente la integración de múltiples tecnologías, incluido el desarrollo de sensores electroquímicos para detectar biomarcadores de enfermedades en la leche de vaca, el jugo de naranja y el jugo de manzana, y el uso de sensores vegetales integrados basados en microagujas junto con Dispositivos impresos en 3D basados en teléfonos inteligentes para detectar virus en tomates.
Ali y sus colegas ven estas soluciones como prometedoras, pero también señalan los desafíos existentes en la explotación de las tecnologías de la cuarta revolución agrícola: existen preocupaciones de seguridad al recopilar datos utilizando sensores inteligentes; los costos de los sensores, la infraestructura de red y la gestión de datos podrían ser prohibitivos; Además, puede haber problemas de conectividad a Internet al utilizar dispositivos inteligentes en zonas rurales o remotas donde se encuentran muchas granjas.
Para superar estos desafíos, Ali apuntó a la colaboración, no sólo entre científicos sino también con formuladores de políticas y agricultores. «Para resolver nuestros problemas comunes, debemos trabajar juntos», afirmó.
[ad_2]